Queridos Andrea y Néstor.
Queremos acompañarlos en este difícil momento que están viviendo. Comprendemos lo que sienten ya que varias de las personas que integran Víctimas por la Paz les ha tocado en desgracia atravesar situaciones similares, como es la pérdida de un hijo, un hermano o un familiar cercano en un hecho de violencia. Lo ocurrido es irreversible y ahora debe actuar la Justicia sancionando al responsable, según corresponda.
Queremos expresar la profunda admiración que nos generan por su mensaje pacificador en circunstancias tan dolorosas, llamando a la calma, a no tomar justicia por mano propia y convocando para que este trágico hecho nos sirva para construir una sociedad mejor, con menos violencia y violentos.
Sabemos que ese es el testimonio de vida que deja Micaela, que esa era su compromiso frente a la realidad y no tenemos dudas que, desde el lugar que se encuentre, debe estar muy orgullosa de sus padres.
Los abrazamos desde el corazón.